La solución más factible que se me ocurrió para encontrarme… fue alejarme de mi. Intentar detener todas las palabras con las que intentaba describirme y retratarme, esas mismas palabras con las que trataba de mostrarme a los demás, pero que con el tiempo habían comenzado a perder algún sentido.
Comencé a verme desde la distancia, desde la frialdad de una mirada que no simpatiza con lo que ve, y así de alguna forma poder digerir qué es lo que me motiva, qué es lo que me hace ser. Entendí que eso que veía, era lo que yo había construido y comprendí por primera vez lo agotador que era vivir intentando hacer felices a todos, a vivir procurando la perfección para otros, eso me supo amargo, y aún no lo sé con certeza pero pudiese no gustarme…
Me pasé más de la mitad del año viviendo en una felicidad mía, en una alegría mía. Fue así que finalmente conseguí detener los “mañana” que decía ayer, y los cambié por los ahora que digo hoy. Digerí lo que significa ser libre y la libertad permite que elijamos como queremos matarnos pero también somos libres de elegir como queremos renacer y libres para reescribir nuestra historia una y otra vez, una y otra vez.
Soy adicto a los nuevos comienzos (aunque secretamente sea un reincidente). A conquistar la felicidad. Se acabó, feliz año 2015.
Hola, me ha encantado esta entrada. He estado buscando blogs de escritura y el tuyo me ha encantado. Me gusta tu forma de escribir. Si quieres pásate por mi blog, no tengo muchas visitas pero creo que lo que escribo podría interesar: http://estoessoloelprincipiodelaeternidad.blogspot.com.es/
ResponderEliminarSigue escribiendo, yo seguiré leyendo
Hey gracias, he pasado por tu blog. Me gusta, espero sigamos en contacto. :*
Eliminar