Archive for enero 2014

SIN TIEMPO, #20

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El día no me rinde –sé que también tiene que ver a veces, con perder tanto tiempo tratando de levantarme de la cama- entre ir y venir, entre los “nos vemos esta tarde” e “improvistos” que nos derrumban los planes. Pero intentamos, de eso se ha tratado últimamente, de intentar y no dejar de intentarlo. La realidad parece más complicada que las historias de drama y dolor que nos inventamos en nuestra mente.

El tiempo pasa demasiado rápido… pero cuando se trata de vernos pasa muy lento y definitivamente no es constante –por lo menos es lo que siento ahora-, pero todo está bien cuando por fin se termina la larga espera y te encuentro o nos reencontramos, y puedo mirarte a los ojos y reconocerme. Es imposible no sentir que “todo estará bien”, que contigo todo estará bien.

A fin de cuentas todo tiende a ordenarse, ajustarse. Ya no me importa este –SIN TIEMPO- en el que me he metido, contigo todo parece ser más divertido.

Callar(me), #19

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Quisiera escribirle todos los días -no es que no lo haga-, lo mío es escribir cartas y guardarlas, pero a veces quiero callarme, me la paso sin filtro, todo lo digo, todo lo expreso, todo lo grito. Quisiera rasparme la boca contra un rastrillo –o contra el rallador de queso que está en el gabinete de la cocina que está debajo del lavaplatos-, para quedar como alguna de esas comiquitas que no tienen boca, o como el emoji de whatsapp que solo tiene los ojos.

Pero, bah… En mi mente le hablo, entonces de frente le vomito encima todos mis pensamientos. En mi sueños aprendí a entender que era lo que sentía y de frente entonces me imagino que estoy en lo más alto del Roraima a punto de saltar, y salto, porque termino diciéndole todo lo que siento.

Podría callar, callarme, callarnos, pero sinceramente ¿Qué hago yo guardándome todo esto?.

SILENCIO, #18

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¡Qué rápido se va el año!… Tengo muchísimas ganas de meter la cabeza debajo de mi almohada y no salir en un buen rato -eso es lo que pienso que hace cuando no aparece- hay demasiadas noticias que últimamente devastan el corazón, no me dan oportunidad de reponerme, de sonreír un rato más largo, aunque lo hago –eso de sonreír-.

A veces solo quiero meterme entre las sabanas de mi cama y no salir en todo el día, esconderme, quedarme inmóvil y tal vez así no se den cuenta que estoy ahí, en silencio, “calladito, calladito” –como dice mi sobrinita cuando está escondida detrás de la puerta del cuarto de la abuela-.

A veces solo quiero encerrarme en los gabinetes de la cocina, detrás de la harina pan y el toddy, entre las latas de atún y delante de los granos de arroz, en silencio, que nadie me encuentre pero con ganas de ser encontrado –¿así se escapa uno, dos o tres minutos de la realidad?-.

¡Qué rápido se va el año! y yo con estas tremendas ganas de meterme por debajo de tu piel –como ya lo he dicho millones de veces- ocultarme ahí, sin hacer ni un ruido, escaparme diez minutos o uno pero en silencio.

Encuéntrame baby